El Programa. Paso Siete IX

La percepción de mi defecto de carácter en este Paso Siete va cambiando; ahora siento que debo derrotarme ante él, sin castigarme; sintiendo afecto hacia mi por encontrarme imperfecto; con determinación a derrotarme ante la impaciencia, a no darla ninguna tregua, no hay ningún motivo que justifique caer en ella, aunque lleve razón. Dejar de hablar, irme del sitio, lo que sea, solo me vale derrotarme ante ella, o ver como se manifiesta, recayendo. Veo como los defectos de carácter que me quiero trabajar son los que me permiten ser mejor, la parte de mí que, aunque la rechace porque hace daño, me permite reconocerme imperfecto; con la convicción de que, de lo bien o mal que me encuentre, en gran parte depende de mí; de que las buenas o malas relaciones que tenga depende de mí. Sentir que soy el artista de mi vida, que tengo el poder de mejorarla, de hacerme de esta vida un cielo o un infierno. En este Paso Siete me reconozco vulnerable, imperfecto, capaz de sentir amor por mí; me lleva por un camino largo, sin buscar atajos, donde cada día necesito poner toda mi buena voluntad en andarlo. Para evitar tener que estar pidiendo constantemente perdón no pasar al Paso Ocho sin haber sentido que mis defectos de carácter ya no se manifiestan como antes, hasta que sienta que me estoy liberando de ellos. Hay un momento, lejano, en este Paso Siete en el que sentiré que necesito avanzar en El Programa, no sé cuándo, pero sé que llegará; así lo sentí cuando lo hice la primera vez, él me ayudo en la búsqueda de la buena vida.