Ahora siento que aunque he mejorado mucho en la relación conmigo, con los demás, necesito seguir mejorando. He sido consciente de las dificultades de relacionarme con grupos organizados. Ver las cosas a mi manera, sentir qué es lo mejor para el grupo, decirlo en voz alta, molestarme con las objeciones, tomarlas como ofensas, ponerme a la defensiva, atacar sus opiniones, mostrarme ofendido por comportamientos que no me gustan, forzar a que las cosas sucedan; en situaciones como estas es cuando muestro mi defecto de carácter, el que me separa de los demás, la impaciencia. Durante este Paso Siete voy siendo más consciente de cómo se manifiesta, en la mayoría de las ocasiones me pasa desapercibida, en otras de forma sibilina, otras se manifiesta de forma contundente, desatada, todas ellas me llevan al conflicto, a la soledad. Vivir en la derrota es lo que me podría proteger, mi ego se resiste. Querer hacer el bien para acabar haciendo el mal; mostrarme ofendido por situaciones en las que creo que llevo razón; mostrar mi impaciencia ante cosas que hacen los demás, en las que estoy involucrado; son muchas situaciones que me pasan desapercibidas, en las que muestro mi impaciencia, haciendo sentir mal a la otra persona, creando una mayor distancia, invisible entre ambos, que dejan huella. La impaciencia me lleva al enfado, al conflicto, me desequilibra, permite que se manifiesten mis otros defectos de carácter, mi peor parte. Derrotarme ante la impaciencia me acerca a la buena vida.