El Programa. Paso Siete LXXXII

Poder afrontar de cara, sin ira, con serenidad, las cosas que me hacen sufrir; dejar de huir de mis miedos, de lo que no quiero ver; sentir la certeza de que el destino de mi vida está en mis manos, que según me proponga vivir, así viviré. El Programa me abre las puertas de un camino de libertad, que me acerca a la buena vida, al amor. Es al poder ver, en el Paso Cuatro, las partes de mi naturaleza que más sufrimiento causan, es ahí cuando comienza mi camino de autodescubrimiento, hasta llegar a este Paso Siete, en el que humildemente me derroto ante lo que no puedo con ello, ante lo que una y otra vez consigue que haga daño, a mí, a los demás. Lo que siento es que cuanto menos daño causo más amor doy. Es el amor el que me hace vivir mi vida en otra dimensión. Aprender a dar amor tiene mucho que ver con derrotarme ante mis defectos de carácter. Derrotarme ante la impaciencia, esa parte de mí que se manifiesta cuando me muestro intransigente, la parte de mí que me lleva al conflicto. Para facilitarme a no recaer en la impaciencia debo aprender a decir No. No llenarme de responsabilidades que hagan de mi vida algo pesado con lo que cargar. Dar prioridad a las buenas relaciones, sanas, afectuosas. Al tener muchas responsabilidades la impaciencia aparece con más frecuencia, me cuesta más trabajo derrotarme ante ella. Aprender a vivir de otra manera, más tranquilo, pausado, ser generoso con los tiempos me acerca a la buena vida.