El Programa. Paso Tres XX

Ser honesto conmigo, con los demás. No traicionarme por conseguir el afecto de los demás, conectar conmigo; por mucho que me ofrezcan, por mucho afecto que crea que voy a conseguir, no dejar de ser yo para ser otro. Sentirme a gusto conmigo, ser fiel a mí mismo, buscarme, encontrarme. Aprender a poner límites, sin ofender; esa línea donde ya se entra en la zona íntima, la que nos autodestruye, nos hace sufrir, la que está reservada para la persona con la que comparto mi vida, con la que he llegado a acuerdos, la que ha padecido mi alcoholismo, con la que tengo un compromiso. Aprender a mostrarme cercano, inaccesible, no dejar que secuestren mi atención, estar con todos pero primero estar conmigo. Veo en otras personas las consecuencias de dejar que les dominen las relaciones emocionales, veo como se autodestruyen cuando no son conscientes, como les cuesta tener relaciones sanas cuando lo son. Una vez probada la droga del amor, engancha, se convierten en una obsesión que les mantiene en un constante estrés. La ambición me llevó a la soledad, debo aprender a no dejarme llevar, otra vez, por ella; disfrutar más de lo poco que tengo como si fuera mucho. La espiritualidad lo que me dice es que aplique mi sano juicio, no solo que me dé cuenta de lo que me conviene, también que lo ponga en práctica, que sea honesto, que no me engañe. Ha sido la falta de honestidad lo que me ha llevado a la autodestrucción, al sufrimiento, al mío, al de los demás. Ser honesto conmigo, con los demás, me acerca a la buena vida.