El Programa. Paso Siete LVIII

La impaciencia me lleva a la soledad. Antes pensaba que si me sentía solo era por mi decisión, soberbio. Hoy se que no es así, me di cuenta de la incapacidad que tenía para entablar relaciones sanas, afectivas. Poder ver la diferencia entre sentir la soledad antes de conocer a alguien, sentirla una vez que la he perdido. Amar, sufrir, dos caras de la misma moneda, la que me hace sentirme más vivo. Poder amar, sin temor; tener el valor de darme a los demás, liberarme del temor a verme humillado. Ver cómo la gente a la que puedo conocer, mostrando mi afecto correspondido, son más numerosas a las que me rechazarán, las que me hagan daño. Dejar mi vida egocéntrica, donde mis relaciones solo eran una forma de satisfacer mis necesidades. Liberarme del temor al abandono, como la forma de amar más auténtica. Esta nueva forma de amor, de afecto, de relacionarme, me aporta más, una sensación de cercanía a las personas, donde los sentimientos de soledad desaparecen al ver en las personas más sentimientos buenos que malos; poder conocer nuevas personas, dedicar mi atención a la gente que me aprecia, que me hace mejor; ser capaz de liberarme de los que me hacen peor, los menos. Aunque el amor, sin posesión, me haga sufrir, también hace que me sienta más vivo. Darme sin temor, buscar el amor, sufrir, me acerca a la buena vida.