Paso Diez XXX. Paso Cinco V

En este paso necesito dos cosas, una reconocer humildemente mis límites; y de valor para decírselos a otra persona. La humildad la siento de dos formas, una cuando reconozco la parte de mí que hace daño, a mí, a los demás, también las cosas de fuera que me perjudican, no porque sean malas en sí mismas, sino porque yo no sé gestionarlas. La otra forma como veo la humildad es reconociendo el valor de mis cualidades sin una falsa modestia, no solo de lo que soy sino también de lo que se, y de lo que tengo. Si tuviera 100 millones no sería humilde si digo que económicamente voy tirando. Sabía que la humildad era posiblemente lo que más me ha ayudado, lo hizo cuando asumí mi enfermedad, y lo ha estado haciendo cada vez que he logrado una nueva liberación. Al hacer este paso Quinto no siento que haga una acción de humildad pero lo que si veo son mis limitaciones, esas líneas que no puedo pasar sin sufrir. También veo que puedo comenzar una nueva vida donde la humildad se debería convertir en algo deseable, imprescindible si quiero ir liberándome de las cosas que hacen daño, a mí, a los demás, las cosas internas, y las que vienen de fuera. Sobre la valentía siempre he pensado que este programa es para valientes, ya desde el primer paso es necesario valor para reconocer la enfermedad, algo que socialmente se rechaza. Valor para soltar en el segundo paso, valor para ver cómo soy en el cuarto, y ahora en este Paso, valor para pedir a una persona que me ayude.