Paso Nueve LXXXIII, yo solo no puedo

Salir a la Naturaleza, sentirme vivo, salir de mi acomodada vida, darme cuenta de que vivo en un entorno artificial, ser consciente de lo afortunado que soy por estar vivo. Veo en la Naturaleza su lado divino, el que me conecta con todos, con todo, veo su lado más cruel, sin piedad, el que intento evitar con mi sano juicio, con suerte. Compartir con otras personas esos momentos en los que la Naturaleza nos hace sentir insignificantes, donde nuestros problemas pierden el poder de amargarnos la vida; todo lo que no es como queremos se desdramatiza. Una y otra vez necesito salir a la Naturaleza para recordarme que es mi ego el que no me deja aceptar lo que pasa, el que me hace caer en la autocompasión, en la tristeza, derrotarme ante mi ego me permite estar mas alegre. Sentir la fuerza de la Naturaleza que me ayuda a luchar por lo que quiero, por lo que me conviene, a ver que el sentido de mi vida es vivir, compartirla con otros, hacernos mejores, ayudarnos a evitar el sufrimiento. Sé que necesito sus ayudas pero la vez entiendo que soy yo el que lo tengo que hacer, profundizar en mi interior como la mejor forma de conocer mis limitaciones y fortalezas. Apreciar cómo la Naturaleza no hace distinciones entre lo bueno y lo malo, ambas son parte de mi vida; percibir cómo me hace sentir que estoy aquí de paso, cómo la perteneceré cuando yo no esté aquí; cómo me hace sentir, vive, hazte mejor, haz mejor la vida de los que están contigo. Cuando me dejo influir por la Naturaleza me acerco a la buena vida.