Conocer mis límites, lo necesito para no exponerme a situaciones que me destruyan más de lo que me ayudan. Sé que mi carácter es obsesivo. Un asunto me mantiene inquieto, mi mente no para de darle vueltas, de día, de noche; algo hay tóxico en ello. Busco mi sano juicio, el que logra que haga de entre lo que quiero, lo que me conviene. Mis pensamientos me dicen una cosa, que puedo, que con ayuda de la meditación podré manejar mejor mis obsesiones, podré dejar de dar vueltas a lo que me mantiene alterado. Mi realidad es otra, más vulnerable. Me ofrecen un proyecto, me interesa; la experiencia que he tenido en grupos organizados es mala; algo en mí se enfrenta contra la autoridad. En este proyecto me ofrecen ser presidente, aunque mi intención es tomar las decisiones por mayoría, no sé si estaré dispuesto cuando no coincidan con la mía. No puedo evitar sentir el miedo a volver a enfrentarme a los que no piensan como yo; a abandonar el grupo. El Programa me enseña a soltar, a confiar en mí. Me veo, he llegado a este Paso Once; lo que me están proponiendo tiene que ver con el Paso Doce, poder ayudar a los demás a salir de sus infiernos, a vivir mejor. Confiar en mi, seguir trabajando El Programa me ayudará a afrontar los problemas, no tanto para que se solucionen, sino para que yo no los viva de forma dramática, perturbadora. Con ayuda de El Programa, de los grupos, de la meditación, espero encontrar mi sano juicio para que me guíe.
